La trampa de la autoestima

La autoestima, podría definirse de forma bastante resumida, como la valoración que hacemos de nosotros mismos en base a los acontecimientos o experiencias vividas. No obstante, se tiende a pensar, que el origen de muchos problemas psicológicos, es la baja autoestima y esto es un error, ya que la baja autoestima no es la causa, sino la consecuencia. Por ejemplo, los niños no nacen con una alta o una baja autoestima, sino que está se va construyendo en función de los metas, objetivos, dificultades, o problemas de la vida diaria, y como este se desenvuelve en estos a lo largo de su vida. Es decir, la autoestima no es innata, sino aprendida.

En muchos manuales de autoayuda, se afirma que la autoestima es la clave para el desarrollo personal, considerando a esta como causa de sus problemas “como tengo baja autoestima, no puedo encontrarme mejor”. Pero, si volvemos de nuevo a su definición explicada anteriormente, la autoestima, al ser la valoración que hacemos de nosotros mismos, se forma en base a nuestros éxitos y fracasos, relacionados en las diferentes áreas de la persona (social, familiar, laboral, personal, etc).

Supongamos esto: Imaginemos una persona, que porque afirma tener baja autoestima, no toma decisiones, se siente inseguro, no sabe que son las cosas importantes para su vida, tiene su vida paralizada por los miedos, le cuesta expresar su opinión y mantenerla, y no es capaz de conseguir sus metas o proyectos vitales. Si mediante, apoyo psicológico conseguimos ayudarla a revertir todas estas cuestiones, estamos de acuerdo en que su autoestima (teniendo siempre en cuenta el contexto de esa persona en ese momento) aumentará, ¿Verdad?

En este mismo supuesto, efectivamente la persona está sintiendo que tiene baja autoestima, pero porque al tener todas estas dificultades descritas anteriormente, la valoración que está haciendo de ella al ver que no le está pudiendo dar solución a todas ellas, es negativa. Pero, si consigue anteponerse a todas estas dificultades, esta valoración de ella misma cambiará por una más positiva. Por lo tanto, la baja autoestima, no es la causa de nada, sino la consecuencia.

Por cierto, ¿Cómo está tu vida?

Deja un comentario